El 21 de diciembre de 2012 es la fecha marcada por el calendario maya para la destrucción de la raza humana tal y como la conocemos actualmente.
Con esta idea principal, este libro, interesante en algunas páginas, y muy pesado otras tantas, nos cuenta la historia de un maltratado y ninguneado arqueólogo aficionado (sin formación académica conocida) por salvar al mundo junto a su psiquiatra, una señorita de buen ver, es decir, chico+chica salvan al mundo de una antigua profecía.
Ciertamente, el libro es en un principio interesante, la trama comienza contando varias historias que claramente se ve como confluiran, pero al final este interés se va perdiendo con la fantasía de serie B del autor.
Un libro muy bien documentado, en mi humilde opinion, pero que deja algo más que indiferente, no obstante, atacaré la segunda parte para ver que se saca de la manga el Sr. Steve Alten.
Hasta aquí puedo leer......
se puede nadar y guardar la ropa...?
Como colocar la pasta de dientes
Hoy he aprendido otra cosa.
Desde luego no se puede negar que el más mínimo detalle o gesto que
realizamos cada día tiene una importancia tremenda, así como todo lo que
hacemos cumple la máxima de causa-efecto.
Con todo este rollo solo quiero dar un consejo y transmitir la sabiduría
que se me ha hecho saber hoy: jamás de los jamases se te ocurra mirar el
cepillo de dientes cuando pones la pasta, sobre todo al finalizar la
extensión. Las caprichosas leyes de la física, a través de un movimiento
que soy incapaz de describir (soy un híbrido de letras) las cerdas del
cepillo (que así se llaman, no me lo invento) expulsan hacia arriba
pequeñas partículas de pasta de dientes, como sabes, con fluor activo
para matar los bichos.
Yo si que miré, y no deseo a nadie la sensación de frescor que tuve en
el ojo durante 10 minutos, insoportable. He aprendido a base de palos,
que remedio, el ser humano es así.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)